Por: Ing. Juan García / Gerente de Ventas y Administración de Proyectos en AlbatechmaIngeniero Industrial en Manufactura, por el Instituto Tecnológico de Saltillo, con Maestría en Ciencias de la Administración y Gestión Tecnológica. Joseph Frederick Engelberger conocido como el "Padre de la Robótica Industrial” desarrolló el primer robot industrial en los Estados Unidos, el Unimate, en la década de 1950, y con la cordialidad rutinaria dio paso a un acalorado debate sobre las leyes de los robots concebidas por el escritor Isaac Asimov las cuales son:
1. Un robot no hará daño a un ser humano o, por inacción, no deberá permitir que un ser humano sufra daño alguno. 2. Un robot debe obedecer las órdenes dadas por los seres humanos, excepto si las mismas entran en conflicto con la primera ley. 3. Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que este acto no entre en conflicto con las dos primeras leyes. Imaginemos que estas leyes, plasmadas en un literatura de ciencia ficción, historia y divulgación científica, y que al final es solo un planteamiento ético sugerido para creadores de tecnología, solo dan la pauta de conciencia para integradores y programadores, pero que bien no puede ser obedecida, nos pone en un mundo descontrolado y potencialmente letal. El miedo a la tecnología y la resistencia al cambio es tan real y presente que si hace 70 años tuviéramos las platicas y el nivel de conversaciones que tenemos hoy, seríamos juzgados de locos y probablemente dispuestos a una ley para reprimirnos en las creencias del momento. La evolución de nuestro mundo es tan rápida que el miedo al cambio y la introducción de nuevas tecnologías, tanto físicas como de conocimiento, es una constante con la que deberíamos lidiar de manera cotidiana, sin embargo, hay personas y organizaciones que no solo se resisten, sino que, evitan en la mayor medida la adopción de nuevas prácticas, reconociendo esta frase: “si hasta ahora lo hemos hecho de esta forma, entonces debería seguir funcionando de esta manera”, y esto se repite hasta que el mercado, la competencia, el precio o el costo aplastan las creencias anacrónicas haciendo inevitable una re ingeniería en las organizaciones. Nuestro país es uno de los pocos con los recursos naturales y humanos suficientes para ser una potencia; podríamos influir a escala mundial a través de nuestro poderío social y económico, sin embargo, nuestros gobernantes nos han acercado lentamente a este campo internacional de comercio libre, inclusive nos dieron tiempo necesario para alcanzar los niveles de competencia para estar hombro a hombro luchando por un mercado mundial, sin embargo, hemos desperdiciado este tiempo de adaptación y hoy teniendo la competencia encima, queremos reaccionar de manera violenta e intempestiva, ya que nos habíamos acostumbrado a una paz y tranquilidad ficticia, creo que si esto no nos llevó a tener fobia, definitivamente ha trastornado nuestra confianza a un miedo constante. Hoy tenemos claros ejemplos del fenómeno de la globalización, seguramente todos tenemos un Smartphone con una pantalla hecha en Corea, integrando chips de China, con una batería de la India, un diseño en Estados Unidos, ensamblado en Brasil y una comercialización mexicana, no hay duda que nuestra competencia ya no se encuentra en nuestra ciudad ni en nuestro estado, nuestra mercado se va a otros países y sus métodos están abatiendo costos de mano de obra, transporte y fabricación, sin dejarnos espacio para ponernos cómodos a establecer condiciones de acuerdo a nuestra capacidad, sino establecen una línea de acción y desempeño de alta exigencia, y si bien tenemos un miedo fundamentado en la pérdida de oportunidades, al ver una marabunta de extranjeros trayendo herramientas, equipos y maquinaria de última generación, y saber que una y otra vez nos hace perder los empleos de trabajos físicos, operacionales, mentales, administrativos y nos abastecen de estos sin confiar en nuestros diseñadores, ni contemplar siquiera el ingenio y creatividad nacional, esto si debería cimentar definitivamente nuestras fobias a la tecnología. No estar preparados y ver como el resto del mundo ya lo estaba, sentirnos o evaluarnos rezagados en una carrera por obtener trabajos y proyectos, y darnos cuenta que la tecnología desplaza operadores de trabajos manuales, computadoras en trabajos administrativos, redes y procesamiento de datos en trabajos de análisis y toma de decisiones, en fin, ver como poco a poco y de golpe estamos siendo remplazados, da una sensación de miedo que si se descontrola puede generar aversión y fobia por la tecnología. Pero… ¿Cómo curar una fobia?, si bien el psicoanálisis ha identificado técnicas aplicadas en la conducta del ser, en esta ocasión solo lo utilizaremos con una alegoría comparativa entre los individuos y las organizaciones, y tomaremos solo 2 de esas teorías: 1.- La terapia de exposición: La cual se centra en cambiar el modo en que se reacciona al objeto o a la situación que nos da miedo. Imaginemos que por azares del destino los trabajos importantes tecnológicos se los asignaran a empresas extranjeras, y de alguna manera viéramos que no solo con sus proyectos disminuyen la mano de obra directa en la fabricación de componentes, sino que la proporción de dicha tecnología, instalación, mantenimiento y soporte están anclados y cautivos por un “know how” y cláusulas de garantía que imposibilitan la entra de de productores e integradores nacionales, y que se limita el desarrollo y evolución de personal técnico y “nos sacan del juego” del desarrollo tecnológico, además nos sentimos incompetentes para llegar a ese nivel de innovación, tomemos un minuto para visualizarlo y descubramos cual sería nuestra reacción, seguramente de enojo, frustración, resistencia y aversión; bueno, precisamente la terapia de exposición nos dice, que si bien no podemos cambiar el contexto que genera nuestra reacción, por lo menos cambiemos lo que nos hace sentir, por lo que estos extranjeros nos quitaran el trabajo pero nosotros sabremos agachar la cabeza, hacer bromas, memes y alegremente aceptar como salimos del la vida productiva y se nos es segregado con mucha alegría y conformismo en actividades que ellos consideran que podemos realizar. 2.- Terapia cognitiva conductual: Con la que se ayuda a los pacientes a cambiar su conducta mediante el cambio de la forma en que piensan y sienten sobre ciertas cosas. Nuevamente imaginemos esta “situación hipotética” de desplazamiento tecnológico por extranjeros, pero ahora, en vez de conformarnos, la terapia cognitiva conductual nos sugiere que cambiemos nuestra conducta modificando nuestras creencias y tomemos acción, encontremos como entrar al mercado y aceptando que el cambio y la evolución tecnológica es inminente, asumamos los riesgos, demos cara al compromiso de adquirir conocimientos y aplicarlos de manera eficiente, fusionemos nuestra cultura y creencias a un medio competitivo, innovador y tomemos un control aparente de los cambios que sucederán en el mercado, adelantándonos a la respuesta de los extranjeros, desplazando sus limitantes culturales, de idioma, servicio y soporte, adueñándonos de trabajos cada vez más especializados haciendo evolucionar a los operadores hacia técnicos evitando el despido masivo, orientándonos a la competitividad y la eficiencia organizacional. En pocas palabras, seguimos como un barco a la deriva frente a la evolución constante de la tecnología y la 4ª ola de desarrollo industrial, o bien, empezamos a pensar en como sí y siempre sí... y nos creemos ser un “México Chingón”. La pandemia nos ha cerrado las puertas de una y mil formas, esto nos ha permitido ver como las ventanas se han abierto por ventilación de espacios, y en esa oportunidad encontramos como entrar uno a uno y ahora estamos en el negocio cada vez con más seguridad y perseverancia. Cada vez que una empresa mexicana entra a una organización, tenemos la oportunidad de dar acceso a más colegas que nos pueden brindar servicios de calidad y complementar nuestros productos y servicios, hoy por hoy la competencia no solo es un aliado importante para incentivar el desarrollo interno, sino que, también cooperamos entre equipos para dar un resultado final a nuestros usuarios, dando una experiencia de alianza y no de competencia, destacando nuestra honestidad, compromiso y colaboración. La pandemia nos dio la oportunidad de concretar alianzas estratégicas y nos puso de frente con mucho de los miedos que habíamos sembrado con incertidumbre y competencia desleal, y hoy entrando por lugares y razones que nunca imaginamos volvemos a estar en el “juego” invitando y recomendando a “los jugadores” que se habían quedado en la banca. Sin duda, nos ha tocado la oportunidad de vivir los cambios sociales, económicos y tecnológicos más importantes e inimaginables de los últimos siglos; hoy tenemos la oportunidad de que juntos podamos escribir las líneas que en el mañana serán un referente de éxito en el país; no dejemos pasar las oportunidades que el miedo y las fobias dejan expuestas para que valientes empresarios unidos entren a escena, abriendo caminos en un mundo sin miedos que nos permita plantear posibilidades infinitas.
1 Comentario
4/11/2022 08:16:44 am
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